Desde nuestros comienzos en el mundo de finanzas y desarrollo, nuestro país no se pudo considerar un gran portento en los negocios. Nos dedicamos durante años a evangelizar indígenas, mientras países como Holanda y Reino Unido montaban grandes compañías comerciales y trataban con la esclavitud.
España, consiguió un gran progreso. Fuimos encargados de suministrar armamentos, textiles, materias primas... a aquellos países de contienda de la primera guerra mundial. Esto logró un paso adelante dentro de la actividad, el empleo y la negociación; la industrialización nos rozaba los dedos de las manos gracias al proteccionismo por la pérdida de las colonias del 98.
La guerra civil se constituyó como un desastre español de la economía: fábricas armadas, trabajadores fallecidos o que se tuvieron que exiliar. No había manera alguna de que el país tuviese la capacidad necesaria de que aquel gran número de familias pudiese recuperar ese poder adquisitivo anterior al conflicto bélico.
Otro gran fallo más, de un plan de autarquía del general Francisco Franco hasta un plan de estabilización ideado por tecnócratas del Opus Dei, lo que trató de convertir al país en un inversor para empresas europeas e internacionales, semejante a la idea de China durante las últimas generaciones.
Aquello no causó mas que, empresas extranjeras trasladaran a nuestro país, manufacturas baratas. Encontrándonos en un alto nivel de pobreza, pero permitió una mejora paulatina de la calidad de vida de la población; lo cual resultó causar la llegada del turistas.
Y a ese punto queríamos llegar, nuestro negocio se basa en el turismo constituyendo a nuestro país como una obra de arte totalmente fascinante.
Cualquiera que no desee perder su juicio necesita un lugar en el cuál pueda y desee perderse una y otra vez, como los bosques de asturias, protagonistas de una eclosión de verdes, amarillos y tonos rojos.
y es que no hace falta un paseo por Wall Street para sentirse en un mundo de finanzas, que basta con perderse en un bosque u observar una obra en el Museo del Prado, y es que el arte es uno de los mayores creadores de dinero y de inversiones.
Beatriz Villachica
